¡Cuántas veces habré visto a mi padre hacer peras al vino con chantilly de postre! Es uno de esos platos que una guarda en la memoria y asume como suyo, como de casa. Y por este motivo decidí convertirlo en mermelada. Afrutada y aromatizada con canela en rama, va muy bien con foie o mi cuit, y también para combinar con helados. Y por qué no? Para untarla sobre mantequilla en tostada de pan y comértela en el desayuno, los domingos de invierno.
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